¡Buenos días lectores! Esta semana me ha tocado desempeñar el rol “the player”, que consiste en jugar a un videojuego con una finalidad educativa y finalmente os mostraré mi visión sobre él y los sentimientos que me produce el propio juego. El videojuego que he elegido trata sobre refugiados, donde su finalidad básica es de reforzar el conocimiento y la comprensión sobre ellos. El juego se desarrolla en tres espacios diferentes y se inicia creando un personaje.
En primer lugar tu personaje creado anteriormente, se encuentra en el espacio llamado guerra y represión, donde te hacen una serie de preguntas con respuesta dicotómica. Al finalizar la encuesta, mis respuestas son contrarias al régimen y tengo que huir del país. Antes de huir, paso por mi casa y cojo las cosas más imprescindibles y las guardo en una bolsa. En mi caso elegí meter: dinero, manta y linterna ya que me parecían tres objetos importantes para la supervivencia. Se inicia la huida y nos encontramos con 4 rutas diferentes, optando por la ruta del camión donde escogí a mis familiares y amigos para la dicha huida, dejando en tierra a mis vecinos. Más tarde, tengo que dejar en el camino mi equipaje por exceso de peso y vemos a lo lejos un control de militares, donde mi amigo se da cuenta que no lleva su documentación y tiene que abandonar el camión. Los militares ven todas las documentaciones en regla y nos dejan seguir. Después nos encontramos con mas personas en auxilio pero no podemos pararnos a ayudarles y nos hacen tomar duras decisiones hasta que por fin conseguimos cruzar la frontera.
En este primer espacio he sentido mucha desesperación. Al elegir las pertenencias que quería llevarme he agotado el tiempo en dos ocasiones y también me he puesto en la piel de los refugiados que tienen que abandonar a sus familiares y amigos, sin pensar nada más en cruzar la frontera dejando a nuestros seres queridos olvidados. Por este motivo he sentido mucha pena y dolor porque me considero una persona que se preocupa demasiado por su círculo cercano y para mí, dejar a un amigo o incluso a un familiar sería muy doloroso.
En el segundo espacio nos encontramos en el país vecino, donde hay que buscar un sitio para esconderse. Después de visitar todas las casas, todo el mundo me rechaza y finalmente una banda me acabó dando una paliza.
Aparezco en un centro de acogida donde tengo que buscar un traductor e identifico a 7 personas si son inmigrantes o refugiados. Al finalizar la actividad, comienza mi primer día de clase y me integro sin saber el idioma y parece que todo ya vaya genial.
En este espacio he sentido incomprensión, mucha desconfianza hacia mi persona solo por el hecho de ser refugiada. Actualmente sigue habiendo personas con esas ideas acuñadas a las personas que por circunstancias de la vida tienen que salir de su país sin elección ninguna, y la sociedad de hoy en día en vez de ayudar y ponernos en sus pieles, nos guiamos por las apariencias y le mostramos rechazo. Y finalmente me he sentido alegre porque pensé que no me integraría, al no hablar el mismo idioma.
En el tercer y último espacio, una nueva vida. Tengo una entrevista de trabajo pero me dan el trabajo de limpiadora, en vez de ayudante de la montaña rusa.Luego, voy a un centro comercial a comprar un móvil para contactar con mis familiares, y en todas sus tiendas recibo un desprecio por parte de los demás clientes y los cajeros. Finalmente, compro el móvil y en la salida unos agentes deciden revisar mi mochila, pero todo estaba en orden.
Ya tengo apartamento y solo me queda comenzar una nueva vida.
En este apartado he sentido un poco de agobio, ya que todo el mundo se guiaba por unos prejuicios y me criticaban.
El juego me ha parecido un cañón de emociones y un espejo donde reflejar la situación de los refugiados. Se siente perfectamente como abandonan a sus familiares, las penurias que pasan y las críticas que reciben de toda la sociedad que desconoce por completo su situación y lo que se siente verdaderamente en ese contexto. Actualmente se muestra la poca humanidad que hay en el mundo y como nos dejamos llevar por unas meras apariencias.
Como educadora social emplearía este juego con adolescentes, porque creo que son la base de la sociedad y la brecha por donde hay que empezar a cambiar esos pensamientos erróneos.
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